Tempestades ácidas

Tempestades ácidas

Si el tiempo es oro, te lo doy,
pero antes promete aprovecharlo. 
Asumiré poder perder lo que soy
si así libero lo que andas buscando. 

Al árbol nunca le importó 
que se le cayeran las hojas. 
Ni a ti el brillo del neón, 
sólo quien te llora estrofas. 

Camino por la senda de la amargura 
y siempre me tropiezo. 
Gateo por el suelo en busca de la cura, 
pero me piso los tobillos en cuanto empiezo. 

Al clavo que sobresale se le da un martillazo,
somos criaturas endebles y flácidas. 
Nos mata el discontinuo trazo
de las tempestades ácidas. 

Subid la cuesta, 
aunque os duela engañar. 
No os deis la vuelta, 
podríais ver la verdad. 

Caen las torrenciales 
y vuestras vidas se lamentan. 
Alteran vuestros quehaceres normales,
pero no os alerta. 

Se vienen tempestades ácidas. 
No me preocupa el cuándo ni el cómo, 
no me despertaré más con la tez pálida 
porque sólo estoy solo.

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